Resumen:
El diseño inclusivo ha sido un tema promovido desde hace escasas décadas y no analizado bajo perspectivas semióticas. Su implementación ha transcurrido por diferentes etapas, que han ido desde una perspectiva asistencialista, una perspectiva de solidaridad y conciencia civil en aras de la inclusión (considerando ahora la discriminación no sólo hacia la discapacidad sino hacia minorías de todo tipo), hasta visualizarse como el otorgamiento de un derecho natural sin concesiones. Estas diversas perspectivas han delineado la manera en que el diseño ha ido poco a poco incluyendo discursos como el Diseño Universal, Diseño para Todos y Diseño Inclusivo atendiendo las condiciones de la inclusión y discapacidad. Sin embargo, muchas de las intervenciones, han partido de supuestos, que se alejan de la realidad que esas minorías viven. La verdadera inmersión con los contextos y necesidades reales de esas minorías tendría que apoyarse en un alejamiento de las estrategias de ilusión semiótica en las que se han apoyado dichas intervenciones, que prometen satisfacer sus necesidades, con el carácter de concesiones que presentan ajustes "razonables" maquillados, que sólo obedecen a demandas sociales "de moda" o a normatividades que pretenden cubrir requerimientos no atendidos, pero a cuyo cumplimiento no se le da seguimiento.